Obispo Robert Barron: Acerca de la cuarentena por el Coronavirus
- Angel Rafael Sosa Muniz
- 22 mar 2020
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 27 may 2020

El siguiente escrito no es de mi autoría, se trata de una traducción personal acerca de una reflexión que el Obispo auxiliar de Los Ángeles: Robert Barron compartió en su canal de Youtube, únicamente me decidí por compartirla con la comunidad hispana.
Al final del escrito se podrá encontrar el enlace que lleve al video original en inglés.
El Coronavirus y la soledad en el silencio
"Todos los problemas de la humanidad radican en la incapacidad humana de estar solos y en silencio."
Sé que esto suena como la fantasía de un introvertido, pero él tiene un punto bastante interesante. La mayoría de nosotros gasta su tiempo en el ocio o distrayéndonos de las más grandes preguntas y problemas que podamos afrontar.
Pascal hablaba mucho acerca de la "Divertissement" que quiere decir ocio o distracciones. En vez de afrontar las grandes preguntas como: ¿Dios existe? ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cielo o infierno, a donde voy a ir? ¿Cuál es el propósito de mi vida? Lo que hacemos todo el tiempo es buscar esas "Divertissement", buscamos distracciones.
Ahora, Pascal era una de las mentes más brillantes de su tiempo, fue pionero de la ciencia moderna, de hecho, fue pionero de las ciencias computacionales, no tendríamos computadoras si no fuera por Pascal [1]. Él fue un hombre brillante que murió demasiado joven, creo que fue a la edad de 39. Sin embargo, aunque él sabía que "tiró por la borda" mucho tiempo de su vida atendiendo las "Divertissement", pues el era famoso por ser apostador, de hecho tenía una adicción por el juego.
Él diría que es una tragedia que la mayoría de las personas no tengamos la capacidad de estar en silencio, recogidos en nosotros mismos mientras afrontamos las más grandes preguntas.
Muy bien, pues esta reflexión pascaliana ha estado rondando en mi mente desde que hemos entrado en esta fase de la crisis por Coronavirus.
La sociedad entera está suspendiendo sus actividades, piensen en los aeropuertos, los bares, los restaurantes y todos esos lugares a los que habitualmente vamos en compañía buscando las "Divertissement" . Notemos que todos los lugares a los que vamos buscando diversión y distracciones son inaccesibles ahora. Bien, pues podemos levantar nuestros puños y gritar: "¡Que terrible es esto!" o, por el contrario, podríamos hacer de esta situación un "momento pascaliano" y decir: "Ok, justo ahora tengo ésta oportunidad, una que es muy rara, de sentarme en mi cuarto estando sólo y pensar acerca de las preguntas más profundas de la vida". Quizá ésta sea una gran oportunidad para fortalecer nuestra espiritualidad, en eso he estado pensando.
¿Podría dar algunas recomendaciones para sobrellevar nuestro pequeño periodo de monasticismo impuesto? ¿Que tal el recuperar nuestra Biblia? Tomemos nuestra Biblia, la mayoría de las personas tienen una en su casa empolvándose en algún cajón, y pasemos un buen tiempo de calidad con ella. Para los católicos recomiendo leer uno de los evangelios por completo durante estos momentos; en especial recomiendo leer a Mateo, a quien estamos leyendo en este año litúrgico. Léanlo cuidadosamente, lento, en un sentido de oración y acompañado de algún buen comentario. Sino, tomen algún libro del antiguo testamento, alguno que les llame la atención o hayan querido leer, éste es el momento de estar solos y en silencio afrontando las más grandes preguntas.
Una de las maneras de acercarse a la Biblia es usar este método que muchos Papas han estado recomendando. Me refiero a la "Lectio Divina". Es un proceso simple de cuatro pasos que es muy eficaz ("Lectio Divina" es sólo la palabra en latin para "Lectura divina" por cierto). Toma un sólo pasaje de la Biblia, no todo el evangelio, tal vez sólo la parte para el domingo que viene o alguna parte que te interese, pueden ser unos cuantos párrafos.
Primer paso: "Lectio", que quiere decir "Léelo", pero no sólo lo leas como si leyeras tu e-mail, no. Lee lento, con sentido de oración y con cuidado.
Segundo paso: Es llamado "Meditatio", meditación. Encuentra una frase o una palabra o una idea que el pasaje te transmita. Tal vez sea algo de lo que nunca te habías dado cuenta aunque hubieses escuchado el pasaje múltiples veces en el pasado. Meditala. Los maestro medievales lo comparaban con la rumiación que hacen algunos animales. Lo que estos animales hacen es que regurgitan la comida y la vuelven a mascar hasta que le sacan todos los jugos. Si hacemos de la meditación algo similar a lo anterior, podremos sacarle todo lo que podamos a esa palabra o frase.
Tercer paso: Es llamado "Oratio", oración. Ya que he leído y meditado acerca de una parte del texto, voy a orar, hablarle directamente a Dios. ¿Qué le diré al Señor basado en lo que he leído en su escritura?
Ultimo paso: "Contemplatio", contemplación. Habiendo leído, habiendo meditado y hablado, ahora escucho lo que el Señor me está comunicando en este pasaje que acabo de leer y meditar. ¿Qué es lo que el Señor me está respondiendo a la oración que he hecho?
Hay mucho más que podemos decir acerca de la Lectio Divina, pero de momento esto bastará. Aquí está tu oportunidad, este es tu momento, el Coronavirus nos ha impuesto el monasticismo. Éste es el momento de estar sólo en tu cuarto y hacer un poco de Lectio Divina.
Créanme cuando les digo que la Biblia volverá a la vida. Si te tomas el tiempo para aplicar este método, la Biblia volverá a la vida para ti.
Muy bien, ¿qué más podemos hacer en este tiempo de exilio auto impuesto? Bueno, este es el momento de leer alguno de los clásicos espirituales. Tal vez muchos de nosotros hemos escuchado acerca de estos grandes textos o libros que nunca hemos leído. Previo a la Ilustración, las más grandes mentes de occidente se dedicaban a la filosofía, la teología y espiritualidad; posteriormente, la dejaron atrás junto con este tesoro de textos.
Uno de los más grandes problemas de la Ilustración es que, sí, todo esto que vemos en las matemáticas, física, química y el resto de las ciencias es genial pero tendemos a pasar por alto la riqueza espiritual de nuestra tradición. Bueno, éste es tu momento, aquí está tu oportunidad.
Puedo recomendar algunos: Obtén una copia de las confesiones de San Agustín, hay muchas traducciones muy buenas, la de Maria Bolden es mi favorita, se trata de una bastante nueva, sigues la lectura como si fuera una novela. También la de Frank Sheen es una traducción clásica muy buena de las confesiones, pero lo importante es que leas las confesiones, en especial los primeros nueve libros donde él cuenta la historia de su vida. El milagro de ese libro es que, aunque haya sido escrito en el siglo IV, créeme, vas a identificarte en él. Es la historia de un alma sedienta de Dios que pasó por muchos caminos y dificultades. Toma este momento monástico para leer las confesiones de Agustín.
Otro texto, mucho más corto pero tan bueno como se podría ser, es "La Regla" de San Benito. Ésta definió las características de lo que sería el movimiento monástico de San Benito que influenciaría a toda la civilización occidental después de la caída de Roma. Lee especialmente los doce pasos de la humildad, considero que encontrarás mucha riqueza espiritual ahí.
Si te atreves, podrías probar con los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, al momento de leerlos hay que hacerlos, tal vez podrías encontrar al un director espiritual (que no esté infectado) haciendo los ejercicios ignacianos durante éste momento. Aunque San Ignacio proponga un mes completo de ejercicios, existen versiones más cortas que puedes hacer sin irte a retiro. Haz los ejercicios ignacianos durante ocho días, encuentra a un buen director para continuarlos.
Si alguno de ellos te parece muy difícil o arcaico te podría recomendar uno de mis libros favoritos: "La montaña de los siete círculos" de Thomas Merton. Fue escrito por alguien del siglo XX. Él murió en 1968, no obstante, Merton escribe en, debo decirlo, una prosa irresistible, la historia de conversión de alguien entregado al mundo, alguien que sólo le importaban los bienes de este mundo a convertirse en un monje de la Orden de la Trapa [2], ellos son de los más serios monjes que pueden haber. Lo leí cuando tenía 16 y me cambió la vida, no es broma.
Aquí está tu oportunidad. "Ohh, es demasiado largo, tiene 400 páginas, no tengo tiempo para estos libros espirituales" ¡Sí, sí tienes tiempo! Así que ve a tu cuarto en solitario, ésta es tu oportunidad de afrontar las preguntas más importantes de la vida.
Una cosa más, tengo la dicha de vivir en Santa Barbara, California con las montañas a siete minutos al norte y el mar a cinco minutos al sur. Amo el montañismo, amo caminar por la playa. Sea cual sea tu propia versión, tal vez sea el rio, la pradera o cualquier lugar al que te guste ir para estar sólo, ve. No podemos ir a trabajar, todo está cerrado, muy bien, ve por esa caminata en solitario. Tal vez cuando estés en medio de ella saca tu rosario. Ahora, tal vez digas: "Ohh Dios mio, el rosario, tengo uno empolvándose no sé donde." Bueno, sácalo, éste es el momento de hacerlo, es una gran oración, en ella meditas los misterios de Cristo. Si lo rezas completo, 50 veces te estarás recordando tu muerte, lo cual es muy pascaliano porque al final del Avemaría ¿qué es lo que dices? "Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen." Lo dices 50 veces, te recuerdas tu propia muerte. Además, invocas al más poderoso intercesor en el cielo y en la tierra. Esa es una buena manera de invertir 20 minutos.
Toma tu rosario al ir en una caminata e invierte algo de tiempo sólo. No estás en un cuarto pero estás sólo en la playa, meditando las preguntas más importantes.
Algo que le recomiendo a todo el mundo es: ¡Dejen de lado los iPhones! Me vuelvo loco cuando estoy en la playa o enlas montañanas rodeado por un hermoso paisaje y tienes a gente viendo la pantalla de su iPhone. Dejala de lado, observa la creación de Dios y agradecele por ella. Tal vez no te has dado cuenta de la belleza de la naturaleza por estar tan enfrascado en las "Divertissements". Muy bien, pues es hora de alejar todas las distracciones y de irnos a la soledad en algún cuarto, el bosque o lo que sea. Es momento de confrontar lo importante.
Tal vez pensemos en lo terrible de este momento, pero recordemos lo que dijo Jean-Pierre de Caussade:
"Todo lo que pasa es, en cierto modo, la voluntad de Dios."
Sea activamente o permisivamente. Claramente Dios ha permitido que esto ocurra, perfecto, por lo tanto hay una buena razón para ello...Tal vez sea esta: Tal vez sea momento de que vayas a tu cuarto y afrontes las preguntas más profundas de la vida humana.»
- Robert Barron
Enlace al video:
Comentarios:
[1] El Obispo Barron menciona esto porque Pascal fue el inventor de la calculadora. La "maquina aritmética" o "Pascalina" fue desarrollada por Pascal a la edad de 19 años.
[2] También conocida como: "Orden Cisterciense de la Estricta Observancia (O.C.S.O. por su nombre oficial, en latín, Ordo Cisterciensis Strictioris Observantiae)
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