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Un argumento contra el aborto.

  • Foto del escritor: Angel Rafael Sosa Muniz
    Angel Rafael Sosa Muniz
  • 24 may 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 27 may 2020


El tema de la legalización del aborto es uno de los tópicos más polémicos de los que se pueden hablar al día de hoy. Lamentablemente, dentro de mi experiencia personal he visto que numerosos cristianos y personas a favor del movimiento pro-vida siguen utilizando argumentos no muy buenos o que resultan redundantes al momento de defender la postura. Con este "post" propongo aportar un poco a que la situación cambie.


Presentaré un sólo argumento. Este argumento es mío, en el sentido que yo lo he formulado. Lo propongo como una alternativa en la que los defensores pro-vida podrían comenzar para realizar más y mejores argumentos. No está de más decir que no pretendo dar una defensa absoluta de cada argumento. Un simple "post" en un "blog" no es lugar adecuado para hacerlo. Por lo que dejaré en el apartado de la bibliografía referencias que puedan servir al lector si es que se quiere informar más acerca de estos argumentos. Para la argumentación tomaremos el estado del cigoto, en el entedimiento de que si es condenable el aborto desde el primer momento del embarazo, entonces lo será para el resto del mismo. Los terminos pertenecientes a la ética que se lleguen a utilizar deberán ser entendidos desde el punto de vista de la postura de la ética de la primera persona.


Argumento desde la esencia


Sin rodeos, este es el argumento [1]:


Axiomas:


  1. Todos los entes naturales tienen una substancia en la cual se refleja su esencia, esto es, su modo de ser.

  2. El modo de ser de las entidades determinan sus potencialidades.

  3. Existen potencialidades biyectivas [2]. Esto es, que son inherentes a un modo de ser determinado.

  4. El asesinato en ausencia de un "derrotador moral" [3] debe de ser, siempre, abolido.

Silogismo principal:


  1. El ser persona es una potencialidad biyectiva en las entidades naturales.

  2. La esencia humana determina la potencia de ser persona.

  3. Por lo tanto, cualquier ente natural x con la potencia de ser persona posee esencia humana.

  4. Si un ente natural x posee esencia humana, entonces x es un ser humano.

  5. El cigoto es una persona en potencia.

  6. Luego, el cigoto posee una esencia humana.

  7. Por lo tanto, el cigoto es un ser humano.

Silogismo secundario:

  1. El asesinato de x, siendo x un ser humano, puede realizarse teniendo o no un derrotador moral.

  2. Si no se tiene un derrotador moral para el asesinato de x, entonces el asesinato debe de ser condenado y abolido.

  3. El aborto inducido es, por definición, un asesinato de un cigoto, el cual es un ser humano (como ya ha quedado demostrado en el silogismo principal).

  4. El cigoto, al no poseer personalidad en acto, no se le puede atribuir ningún derrotador moral.

  5. Por lo tanto, cualquier aborto inducido es un asesinato sin derrotador moral.

  6. Luego, el aborto debe ser condenado y abolido.

El argumento presenta la clásica estructura de dos fases. Comienzo asumiendo la metafísica aristotélica en conjunto con la doctrina del "Actus Essendi" y defino axiomas que me ayudarán al momento de construir el argumento.


El silogismo principal tiene como propósito demostrar que el cigoto es un ser humano. Nótese que en ningún momento asumo que el cigoto es una persona. De hecho, reconozco en la premisa 5 del silogismo principal y en la premisa 4 del silogismo secundario que el cigoto no es una persona en acto. Por lo que mi argumento no depende de la concepción de persona como parámetro moral para decidir si está bien o mal abortar.


Dicho esto, en mi primer premisa reconozco que el atributo de personalidad en las entidades naturales se vincula en una relación biyectiva con la esencia humana, la cual se corresponde con una substancia humana. Luego, reconozco que el cigoto no es un persona en acto, sin embargo puede llegar a serlo. En efecto, si damos suficiente tiempo para que el sistema que conforma al cigoto se forme y vaya desarrollándose eventualmente alcanzará este estado. De aquí lo único que me importa es que el cigoto tiene la potencia de ser persona ya que, al ser esta potencia una de relación biyectiva, la única manera de que se tenga la potencia es que la esencia del cigoto se corresponda con la esencia humana y, por consiguiente, con la substancia humana. Lo cual lo hace ser humano.


Alguien que intente rebatir esta parte del argumento debe de apuntar a demostrar que el cigoto no es un ser humano, porque de no serlo entonces el silogismo secundario fracasaría. La única premisa a atacar es la primera, la característica de biyectividad de la potencia. En caso de que no se acepte la metafísica de Aristóteles o la doctrina del Actus Essendi, se podrían atacar los axiomas 1 y 2. No obstante, para eso, deberían demostrar que la metafísica de Aristóteles es inadecuada y que la doctrina del Actus Essendi es falsa, lo cual me parece muy complicado [4].


El silogismo secundario es una derivación natural que podría considerarse trivial una vez aceptada la conclusión del silogismo principal. Proponiendo el concepto de derrotador moral, me parece evidente que el axioma 4 es necesario al sostener una moral objetiva. Algunos objetores a la pena de muerte probablemente atacarán el axioma diciendo que bajo ninguna circunstancia se debe dar muerte a una persona. No obstante, esto pondría peor la situación para los que apoyan al aborto. En cualquier caso, únicamente tiene dos opciones que tomar el objetor, si es que acepta el silogismo principal: está mal dar muerte sin tener un derrotador moral o está bien. El problema es que si se va por la segunda opción, se comprometería con la creencia de que la muerte humana no tiene valor alguno, y por ende la vida no la tiene. Por lo tanto, si quiere mantenerse dentro de las acciones morales, deberá aceptar el axioma.


Llegados a éste punto, la única premisa que me parece posible atacar, sería la premisa 4. El objetor podría decir que es posible atribuir un derrotador moral a un cigoto. Esto no ayudaría mucho, pues aún si fuera cierto, la misma tesis reduciría drásticamente la cantidad de abortos que pudiesen llevarse a cabo, además de poner restricciones muy fuertes al aborto. Sin embargo, es imposible que se le pueda atribuir un derrotador moral a un cigoto. Esto es, porque hemos aceptado que el cigoto no es una persona, esto implica que no tiene razón, voluntad ni intelecto en acto. Por lo tanto, no se le puede predicar razón culposa que pueda desembocar en un derrotador moral a un ente que no toma decisiones ni tiene capacidad de análisis.


Bajo la breve defensa que he expuesto, queda pues demostrado que el aborto es un acto que debe de ser condenado y abolido.


Nuevamente, no pretendo dar una defensa absoluta de estos argumentos. Aún se podrían reformular los silogismos para que presenten una defensa más fuerte y se podrían actualizar los conceptos de acto-potencia, substancia y esencia a las nuevas concepciones que se tienen a día de hoy [5].


Existen numerosos argumentos en el ambiente académico que van contra el aborto. Algunos de los filósofos más amigables para un primer acercamiento al tema podrían ser William Lane Craig y Tim Hsiao. Existen otros que igualmente han hablado del tema, como lo es el eminente filósofo de Baylor, Alexander Pruss.




Bibliografía, referencias y comentarios:


[1] Tal vez sea bueno que el lector comience por familiarizarse con el lenguaje aristotélico, pues la presentación del argumento es bajo esta metafísica en conjunto con algunas ideas de Santo Tomás de Aquino. Para mayor información acerca de la terminología puede visitar el canal de Youtube "Thomistic Institute":



[2] Entiendo por "biyectivas" un concepto análogo al de "funciones biyectivas" de la teoría de conjuntos. Véase:



[3] Entiendo por "derrotador moral" a cualquier razón o causa culposa que se le pueda atribuir al ente del que se predicará la acción y que sea razón suficiente y justa para terminar con la vida de éste.


[4] Pruss tiene una defensa de una visión particular del Aristotelismo. Véase:


1. Alexander R. Pruss, Actuality, Possibility, and Worlds, Continuum, 2011, 303pp., $39.95 (pbk), ISBN 9781441142047.


[5] Para una actualización de las tesis que hemos utilizado para formar el argumento puede consultar:


1. Artigas, M. (2008). Filosofía de la Naturaleza. Madrid, España: EUNSA.

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